Y
otra vez nos encontrábamos en aquella playa en la que comenzó toda la mágia.
Tantos momentos vividos en aquella arena húmeda… Momentos de sinceridad, amor,
cariño, decepción… Millones de sentimientos unidos.
Hacía algo de frío por lo que le dije a
Pablo si quería ir a mi casa, ya que estaríamos más a gusto y a Alba le alegraría
ver a Pablo. Y así fue. En cuanto entramos por la puerta a Alba se le dibujó
una sonrisa y dijo:
-Sabía que vosotros no podíais estar
separados.
Decidimos pasar el día en casa ya que
fuera no hacía día de paseo. Volver a sentir el calor de Pablo me hacía pensar
mucho…Pensar en que había estado a punto de perder esa calidez, ese olor a
caramelo.
Estando en el salón, Alba se fue a su
habitación a coger su móvil. Pero cuando volvió tenía mala cara pero no me contó
nada.
-Parejita, yo me voy a dar una vuelta,
así os dejo solos…-dijo Alba, mientras estábamos viendo la televisión en el sofá.
-No digas tonterías, Alba.- le dijo
Pablo sonriente.
-No, en serio, quiero airearme un poco,
tengo demasiadas cosas en la cabeza…
Estaba muy rara así que le hice una
señal a Pablo y me fui a hablar con ella.
-¿Qué te pasa? Estás rara…-le dije yo
mientras estábamos en su habitación.
-No me pasa nada, en serio, estoy
bien.- yo sabía que eso era mentira porque, si lo hubiera estado, hubiera
esbozado una de esas sonrisas preciosas.
Yo la abracé. No sé si en forma de
agradecimiento, de consuelo o de apoyo, pero la abracé y ella no me negó ese
abrazo.
-Sabes que estoy aquí para lo que
necesites, ¿eh?-le dije yo.
-Lo mismo te digo, pero tú tranquila
que estoy bien. Disfruta de la compañía de Pablo. A la noche vuelvo.
Se preparó y se fue, de modo que nos
quedamos Pablo y yo, tumbados en el sofá, viendo la tele. Él notó que estaba
preocupada, de modo que me miró a la cara y, acariciándome el pelo, me dijo:
-¿Qué te pasa? Te noto preocupada. ¿Ha
pasado algo con Alba?
-No lo sé…La noto diferente, como si
estuviese rayada por algo, pero no me ha querido decir nada… ¿Habré hecho algo
mal?
-Qué dices. Tranquila, seguramente será
alguna chorrada, sino te lo hubiera contado.
Abracé a Pablo con fuerza y, no sé por
qué, pero una lágrima recorrió mi cara y aterrizó en el brazo de Pablo, ya que
lo tenía al lado de mi cabeza.
-¿Qué te pasa, cariño?- fue casi un
susurro, como si no quisiera molestar a nadie.
-No lo sé…Me preocupa Alba y… te he
echado de menos…-cada vez tenía más ganas de llorar-. Cada momento que pasaba
pensaba que no volvería a verte.
-Cielo, hicimos una promesa y la
tenemos que cumplir, ¿vale?-su voz me calmaba, era como si fuera un
tranquilizante, me volvía a sentir segura entre sus brazos-. Estoy aquí, a tu
lado, y no te pasará nada mientras estés conmigo, ¿me oyes?
-Gracias, Pablo- lo abracé con más
fuerza todavía.
-No tienes que agradecerme nada, cielo.
Te quiero mucho y por ti daría hasta la vida.
Entre aquellas palabras y los abrazos
de Pablo me quedé dormida. Estaba como en un sueño, como si estuviese en una
nube. Pero lo peor estaba por llegar… Otra vez volvían esas pesadillas a mi
mente, no sé por qué pero otra vez. Me desperté gritando y llorando. Pablo se
asustó.
-PABLO, PABLO, NO, NO, POR FAVOR- era
lo único que decía yo, llorando.
-Olatz, tranquila, estoy aquí, solo es
una pesadilla, tranquila pequeña, estás conmigo…-después de pronunciar esas
palabras Pablo me abrazó fuertemente, mientras cojía una manta y nos tapaba a
los dos. Me cojió de la mano fuertemente mientras me iba repitiendo esas
palabras…
Cuando me desperté ya era la hora de
cenar pero Pablo no estaba. Tal y como supuse, estaba preparando la cena. Alba
llegó en ese momento y seguía teniendo mala cara. Cuando le pregunté con quién
había estado, no me respondió. Me extrañó mucho y me quedé mosqueada porque no
era normal todo aquél misterio. Durante la cena no hubo muchos comentarios, y,
en cuanto terminamos, Alba se fue a dormir. Pablo enseguida me miró y me
preguntó que qué había pasado. Pero yo le dije que no sabía nada, porque, era
verdad, no sabía nada y eso no me gustaba.
Pablo y yo nos fuimos a la cama
prontito, los dos estábamos muy cansados y pensamos que sería mejor así ya que
podríamos aprovechar el día siguiente para estar juntos. Él se durmió enseguida
pero yo no podía dormir así que decidí irme a la terraza a pesar del viento
fresco de mi tierra que hacía. Cojí mi blackberry y me di cuenta de que tenía
un mensaje de Dani. ¿Qué querría? El mensaje decía así:
‘’Olatz, te espero a las 23.00h en el
parque de al lado de tu casa. Por favor, no me falles, es importante’’.
Ese mensaje me dejó un tanto
descolocada…¿Qué querría a esas horas? Le respondí: ‘’¿A estas horas? ¿Qué
pasa?’’.
Enseguida tuve respuesta suya: ‘’¿No te
ha dicho nada Alba? Ven por favor, ya estoy ahí’’.
¿Alba? ¿Qué tenía que ver con todo
esto? Me puse lo primero que pillé, cojí las llaves y la BlackBerry y salí
hacia el parque con miles de preguntas en mi mente. Cuando llegué allí, Dani
estaba sentado en un columpio, con gesto serio.
-¿Qué pasa? Me has preocupado-le dije
en cuanto llegué, mientras me sentaba en el columpio de al lado.
-Por favor, déjame hablar. Esto es algo
que tenía que haber hecho hace mucho tiempo. Alba me ha dicho que no lo hiciese
pero lo necesito…-cada vez estaba más extrañada-. Desde el momento en el que te
conocí vi que eres diferente… Tienes un encanto que te hace especial. Sé que
has vuelto con Pablo, y me alegro mucho por ti, pero tenía que decirte todo lo que siento hacia ti, porque no puedo
guardarme esto más tiempo. Durante todo este tiempo hemos estado juntos,
afrontando los malos momentos juntos y disfrutando de los buenos. Y… No puedo
soportar estar contigo, pensando que podríamos haber sido más que amigos, más
que confidentes… No puedo seguir así, por lo que tengo que hacer algo ya…
Pero, pero, ¿¡Qué hacía?! No, no, por
favor, ¿ME IBA A BESAR?. Y lo hizo… Yo me quedé boquiabierta pero el primer
impulso fue darle un bofetón. Había estado detrás de él mucho tiempo y ahora
que estaba empezando a ser feliz con Pablo ¿me lo quería arrebatar?
-Dani, no sé lo que te pasa pero tienes
que tener en cuenta que estoy con Pablo.
-Te va a hacer daño, los dos sabéis que
vuestra relación no va a ninguna parte.
-Pero, ¿A qué coño viene todo esto?
-¡VIENE A QUE TE QUIERO!
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